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La neutralidad de la red en el centro del debate: ventajas y controversias

Es una estrategia que tiene el propósito de ofrecer internet a la mayor cantidad de operadores virtuales desde un proveedor de infraestructura (INP), creando un sistema equitativo con un flujo de datos adecuado a lo que se establezca previamente entre las partes.


¿Pero, por qué la neutralidad de la red está en el centro del debate?

Esta es una pregunta que arroja otras interrogantes y una buena cantidad de aristas con respecto a la naturaleza de estas redes. En este sentido, primeramente, debemos entender cómo funcionan. Existe un operador principal, este es «neutral», porque permite que otras compañías de internet, telefonía, streaming, video, teletrabajo, teleeducación, telemedicina, etc., hagan uso de su infraestructura física con un costo único y estándar para estas compañías, que, a su vez, construyen su propia infraestructura, pero sin añadir costos adicionales y cobros excesivos a los usuarios finales.


Es un modelo de negocio que beneficia a todas las partes; no obstante, se debate en qué punto los usuarios finales pueden acceder a las tecnologías más nuevas en igualdad de condiciones, que otras regiones geopolíticas con mayor poder adquisitivo. Un ejemplo es el 5G, pues la gran promesa de la telefonía móvil en América Latina ha visto su expansión ralentizada y no solo por infraestructura, sino también por factores económicos y negociaciones complicadas entre los gobiernos y las telcos debido a que desigualdades sociopolíticas y económicas no permiten una expansión homogénea y rápida.


Entonces, vemos una relación controversial entre las ventajas de las redes neutras y la complejidad de una verdadera igualdad en el acceso, que funge como una de las más preocupantes desventajas. ¿Por qué? Bien, porque esta complejidad en la posible «igualdad» se traduce en la calidad del servicio que se provee al consumidor final, pues las redes neutras fomentan un gran consumo de banda ancha y datos sin compensación, prácticamente sin retorno de inversión. Desde luego, algunas compañías no van a optimizar sus infraestructuras, por ejemplo, de fibra óptica, para no recuperar el costo real de esa inversión.


Este es realmente el centro del debate, la calidad de los servicios y la velocidad del retorno de inversión. Es obvio que, desde el punto de vista tecnológico, la neutralidad de la red ofrece posibilidades extraordinarias de interconexión y una manera robusta de expandir el 5G. Incluso, desde el punto de vista medioambiental y de planificación urbana brinda grandes beneficios, como menos cableado aéreo y menos postes en las calles, o sea, más fibra óptica y menos cobre. Menos latencia y más rapidez, más transmisión de datos y menos atascos.


Esto implica más ventajas que desventajas, pero hay que tener criterio para separar la naturaleza de estas, porque no son iguales, ni siquiera análogas. Hay ventajas y desventajas tecnológicas, y las hay económicas y financieras, por eso el debate hoy en día no se detendrá, es más, con miras a 2024, seguramente habrá más propuestas sobre la mesa que enriquecerán este debate. Mientras tanto, la neutralidad de la red parece la alternativa más acertada para que los usuarios finales tengan el mayor acceso posible a los productos de la internet.

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