Era el año 2007 y los mellizos Edgar y Edwar Juárez, se entusiasmaron ante la posibilidad de distribuir en la región Fibra Optica para entonces novedosa, que prometía ser capaz de reemplazar al cobre con un sinfín de ventajas. Atravesaron incontables rutas, aeropuertos y oficinas promoviendo la idea.

 

Fueron comienzos difíciles, en los que sobraban los sueños y escaseaba el capital. Y donde no faltaron viajes míticos, como el protagonizado por Edwar, cuando éste decidió que lo ideal era dejar de buscar distribuidores y enfocarse en el cliente final.

 

Edwar logró invitar a 25 operadores de TV por cable peruanos a la remota ciudad de Seúl para que conocieran las instalaciones de Taihan. El detalle: en su afán de sumar posibles clientes, se había quedado sin dinero para su propio pasaje, que debió cambiar por publicidad gracias a viejos contactos, y llegó a Seúl sin alojamiento y con solo 100 dólares en el bolsillo...

 

A medida que el proyecto de distribución de fibra óptica crecía, cada vez era más clara la necesidad de contar con una estructura de negocios sólida. Fue entonces cuando los Juárez invitaron a Giancarlo Di Zio, un amigo de la familia, a formar parte del proyecto. Dueño de la prestigiosa empresa venezolana Materiales de los Andes, Giancarlo intuyó el potencial que el proyecto de los Juárez tenía y decidió aportar toda la experiencia empresarial que la idea necesitaba para crecer.

 

Así, el 9 de septiembre de 2009, nació formalmente FYCO, un nombre creado a partir de la unión de las palabras fibra y cobre, eslogan que los hermanos Juárez habían utilizado cuando intentaban vender su idea en Latinoamérica.